El 11F: México y sus mujeres en la Ciencia

Enviado por admincudi el Sáb, 11/02/2023 - 18:39
Doctora Dalila Aldana
Dalila Aldana Aranda

11/02/2023 | Mérida, Yucatán

A nivel mundial hay esfuerzos desplegados por la UNESCO, ONU y ONU-Mujeres para la Igualdad de Género. Estas organizaciones apoyan a las mujeres científicas y promueven su acceso a la educación, la capacitación y la investigación en ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas. Para lo anterior, se decide proclamar el 11 de febrero de cada año, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. En el marco de este día, se invita a todos los Estados Miembros, a todas las organizaciones, al sector académico, gubernamental y a la sociedad civil, a realizar actividades en el marco de este día. En particular a través de actividades de educación y sensibilización a fin de promover la participación plena y en condiciones de igualdad de las mujeres y las niñas en la educación, en las disciplinas científicas y en el empleo.

 

Brecha de género

En los últimos 15 años, la comunidad internacional ha promovido la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia. La participación de las mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas ha aumentado. Sin embargo, la brecha de género aún persiste y esto en todo el mundo, siendo más marcado en los países en desarrollo. La ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, cuyos datos, señalan que menos de 25 por ciento de los investigadores en todo el mundo son mujeres. Menos de 30 por ciento de todas las estudiantes eligen una carrera del campo de las ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). A nivel mundial, la matrícula de mujeres es de menos de 5 por ciento en ingenierías. Un estudio revela que la probabilidad de que las estudiantes terminen una licenciatura es de 18 por ciento y de sólo 2 por ciento un Doctorado en ciencias.

Los prejuicios y los estereotipos de género que se arrastran desde hace mucho tiempo continúan manteniendo a las niñas y mujeres alejadas de los campos científicos. Un estudio realizado por el Instituto Geena Davis sobre Género en los Medios muestra
que las niñas, desde la edad de 7 años, ya se sienten inferiores a sus compañeros varones en la escuela para las matemáticas. ONU-Mujeres señala que por cada cinco oportunidades laborales para varones en las disciplinas STEM, las mujeres sólo obtienen un puesto laboral.

En México 44 por ciento de las mujeres tiene un empleo y de éstas, sólo 9 por ciento ocupa un puesto directivo. La mitad de las mujeres científicas abandona su carrera científica después del primer hijo.

Con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa de las mujeres en la ciencia y lograr la igualdad de género y su empoderamiento, el 11F busca crear conciencia social y poner en el centro de las agendas políticas de los países un problema no visible. Su objetivo es llamar la atención de la sociedad, de los medios de comunicación y de las instituciones sobre esa problemática, por falta de espacios, oportunidades y políticas
para alentar una mayor participación de niñas y mujeres en ciencia y el reconocer los logros de las mujeres científicas.

Las mujeres han hecho grandes contribuciones y están presentes en nuestra vida cotidiana, pero al no visibilizar su trabajo la sociedad no los conoce y por lo tanto no valora a la mujer científica. Por ejemplo, a toda hora nos comunicamos de manera inalámbrica por el wifi; esto se lo debemos a Ada Lovelace. La vacuna del Covid-19, que ha salvado millones de vidas, fue posible gracias al trabajo de Katalin Karikó, bioquímica que entendió cómo utilizar el ARN mensajero para desarrollar una vacuna.

 

¿Cómo andamos en México?

Echamos un vistazo: la proporción hombre/mujeres que trabajan como científicos es de 2/3 hombres contra 1/3 parte mujeres. Por ejemplo, en Yucatán, en los puestos directivos, la
Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) en sus más de nueve décadas no ha tenido una rectora, ni el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) IPN Mérida o el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) a una directora. En México las mujeres que tienen mayor escolaridad tienen menor incidencia en la economía, ya sea porque dejan de trabajar para atender hogar y crianza de los hijos, o porque se les dificulta encontrar un trabajo profesional por ser mujeres. Además, las mujeres dedican en promedio 28 horas a la semana al trabajo doméstico, contra 6 horas los varones.

En materia de género, la Ley de Ciencia y Tecnología en su artículo 2, establece como una política de Estado la obligación de “promover la inclusión de la perspectiva de género con una visión transversal en la ciencia, la tecnología y la innovación, así como una participación equitativa de mujeres y hombres en todos los ámbitos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Sin embargo, en el SNI las mujeres representan un 30 por ciento y al soñado Nivel 3 las mujeres no representan ni 10 por ciento.

 

Científicas mexicanas

Como reconocimiento a científicas mexicanas, comparto con los lectores de La Jornada Maya las experiencias de varias colegas a través de sus respuestas a las preguntas: ¿Qué dificultades has tenido haciendo tu trabajo científico como mujer? ¿Cómo has resuelto estas dificultades o no lo lograste resolver? ¿Qué has hecho o que no has hecho para apoyar el trabajo de inserción de las niñas y jóvenes en la ciencia?

 

Clelia de la Peña Seaman, bioquímica. Me he enfrentado a la falta de reconocimiento y apoyo para las científicas. Las mujeres científicas somos a menudo ignoradas y subvaloradas, y padecemos falta de financiación para realizar el trabajo. También me he enfrentado al sesgo de género presente en la comunidad científica, que a menudo nos considera menos capaces que nuestros homólogos varones. Faltan modelos femeninos en la comunidad científica, para que las jóvenes encuentren mentores y orientación. He trabajado para superar estas dificultades, buscando mentoras científicas, y trabajado en redes con otras mujeres. Asimismo he colaborado para concientizar sobre los retos a los que se enfrentan las científicas y para abogar por su reconocimiento a través de tutorías y redes de apoyo (https://sembrandoconciencias.cudi.edu.mx/).

 

 

Elva Escobar Briones, hidrobióloga. He impartido charlas donde señalo los privilegios que me facilitaron desarrollarme como científica, enfatizando los cambios que se requieren para que niñas y jóvenes tengan oportunidades para crecer. Platico del ejemplo generacional al que estuve expuesta que favoreció mi desarrollo; una madre trabajadora cuya madre, que había sido huérfana, fomentó el estudio profesional en sus 11 hijos. El reconocimiento y respeto de mi padre a la labor profesional de mi madre, modelo que él nos impulsó a seguir. Entre las dificultades que he encontrado es que no todos reconocen los esfuerzos y la productividad de la mujer y ello se refleja en menores promociones a científicas.

 

 

Helena Barba Meinecke, arqueóloga subacuática. Cuatro mujeres con una impresionante trayectoria académica me han acompañado y formado (Barba Ahuatzin, Pilar Luna, Lorena Mirambell y Linda Manzanilla). Somos las mujeres las que por lo general promovemos la formación de niñas y jóvenes en antropología, generando vínculos para su desarrollo. En cuanto a dificultades, éstas se dieron por varones en posición de poder, lo cual ha ido cambiado paulatinamente. Sin embargo, queda camino por recorrer para visibilizar los derechos de la mujer y el problema de acoso laboral. Mi trabajo como arqueóloga subacuática es con buceo y espeleología, actividades dominadas por hombres, esa dificultad la he sorteado con capacitación. He contribuido (a la causa) acercando a niñas y jóvenes a la arqueología subacuática y al patrimonio cultural subacuático.

 

 

María Eugenia Vega, bióloga. Me he enfrentado a la poca aceptación de mi trabajo por ser mujer. En mi juventud hubo constante acoso, lo mismo al integrarme a mi trabajo: desde roces, propuestas y las represalias por no aceptar. Antes no había denuncias y una tenía que ver de qué manera sobrevivir a ese acoso, sin ser parte de él. Lo resolví, enfrentándolo, no aceptándolo, no dejándome intimidar. Si me quitaban un curso o no aprobaban mi promoción, justificaba que cumplía con las especificaciones. He apoyado el trabajo de reinserción de las jóvenes, con platicas a jovencitas sobre mi historia de vida y mis motivaciones para estudiar y trabajar como científica.

 

 

Rosa Rodríguez, bióloga. He tenido la fortuna de colaborar con investigadores que tratan igual ambos sexos y les brindan las mismas oportunidades. He apoyado a varias estudiantes en el desarrollo de sus tesis, con asesorías. También he realizado diversas actividades de educación ambiental, con niñas, niños y jóvenes.

 

 

Carmen del Pozo, bióloga. Trabajo en áreas rurales y silvestres sobre la biodiversidad de México. En mis visitas al campo, las autoridades se dirigían a los hombres, preguntando por el jefe del grupo, sin reconocer que el jefe era una jefA. He apoyado a niñas y jóvenes para que sigan estudiando y de ser posible una carrera científica.

 

 

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Nota publicada en el diario "La Jornada Maya" el 11 de febrero de 2023.